Deben considerarse como circunstancias extraordinarias de atenuación, aquellas cuya concurrencia hayan colocado al agente en una situación vital en la que, por alguna razón, los vínculos tenidos en cuenta para agravar el delito, de hecho hayan perdido vigencia en cuanto a la peculiar consideración que debían suponer con una persona determinada.
OBS. DEL SUMARIO (cfr. Estrella/Godoy Lemos, Código Penal. Parte Especial. De los Delitos en particular, Tomo 1, p. 74, Hammurabi, Buenos Aires, 1996).